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7 de septiembre de 2006

Hasta que la muerte nos separe

Cada mañana los monstruos se visten con el traje de la normalidad y se infiltran en la sociedad comportándose como el resto de los mortales, ocultan sus afiladas garras y disimulan con una gran sonrisa sus puntiagudos colmillos, conviven con nosotros y cuando visten su disfraz son difícilmente identificables, cualquiera puede ser una de estas criaturas y son eficaces evitando ser descubiertos.

Los monstruos cazan a sus presas con falsas promesas y engaños, y una vez en sus casas retiran la mascara que los ocultan y siguiendo los principios de su naturaleza, maltratan a sus prisioneras, vejaciones físicas y psicológicas sin origen aparente. Cautivas en sus hogares y con la dignidad hecha pedazos, las víctimas de los monstruos los aguardan jornada tras jornada con la esperanza de que en ese día estén de buen humor, cavilando el modo de no causarles ningún quebranto, el monstruo se disgusta fácilmente.

Algunas de estas reclusas hacen frente al sometimiento, alcanzan liberarse de sus esposas, pero los organismos incompetentes solo construyen barreras invisibles para su resguardo, parapetos que son fácilmente franqueados por los monstruos y que, como niños malcriados, rompen su juguete con el afán de que otro crío no pueda jugar con él.

Los monstruos residen en todos los lugares, son posesivos, desconfiados y celosos, justifican sus atroces actos por su ley del es mía y solo mía, rompen las reglas, no cejan en el desempeño de su labor de la humillación, la violencia y la muerte. No piensan, no recapacitan, pero hacen uso constante de su traslación al latín, ¡puta!, ¡reputa!.

Por alguna razón, cuando estamos en la cama nos sentimos en nuestra fortaleza, una muralla infranqueable para aquél que quiera hacernos daño, ya sea natural o sobrenatural…¿Dónde se refugian las víctimas de estos monstruos que tienen que dormir todas las noches con su asesino?


6 de septiembre de 2006

¿Por qué llamarlo mala educación cuando podemos decir que es sinceridad?

En cierta ocasión tuve una compañera de trabajo que se llevaba mal con casi toda la plantilla, tenia la extraña costumbre de discutir y enfadarse con cualquiera por el motivo más insignificante, y sin un mínimo respeto a las formas ni al ámbito en el que se encontraba…llego a la curiosa conclusión de que todos (o casi todos, yo no me llevaba especialmente mal con ella) éramos unos anormales y que teníamos un problema… tengo que decir en su favor que en cierto festejo empresarial deleitó al público masculino con un escote hasta el ombligo, recuperando parte del crédito perdido… con el tiempo se fue haciendo un vacío ella sola y cuando se marcho de la empresa no se le echó de menos por la mayoría y algun@ hasta se alegró.

En el universo imaginario que supone cada nueva edición de cualquiera de estos importantes eventos televisivos que son los reality show (véase gran hermano o similar), uno o varios personajes ocupan un rol consistente en formas de expresión malencaradas y caracterizados por su peculiar concepto de la convivencia. Se escudan en son personas que dicen las cosas a la cara, según ell@s sin ánimos de acritud, que ell@s no tienen culpa de ser ¿sinceros?, y logrando el dudoso mérito de ser gratificados con la antipatía del resto de concursantes que se traduce en la consiguiente votación y nominación para ser expulsados de la jaula, siempre dependiendo de la dictamen de la audiencia.

¿Por qué “gratificados” con la antipatía de los participantes? Porque por una incoherente razón el público valora esa supuesta franqueza como algo positivo, obteniendo así muchas opciones de ganar el concurso…curioso.

Perdón, pero a mí esa espontaneidad y sencillez lo que me parece es mala educación, ¿Cuál es el derecho que le otorga a éstas personas la potestad de insultar impunemente a los demás?¿Usted es sincer@ y dice las cosas a la cara? En mi humilde opinión usted lo que no tiene es vergüenza, váyase a vilipendiar a su padre, que el pobre no tiene culpa pero a mí déjeme en paz. Permitamé mis condolencias, usted se va a llevar mal con su comunidad de vecinos.

Si la grosería es sinónimo de sinceridad, ser prudente de qué lo es, de ¿hipocresía?...¿donde está la diferencia entre estas personas y mi ex-compañera de trabajo?...¿que no sale por la tele?

4 de septiembre de 2006

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?

¿Qué ocurriría si una máquina dotada de inteligencia artificial desarrollara sentimientos como el amor y el odio?
El análisis de hasta dónde llega la frontera de esta presumible existencia ha sido fuente de inspiración de escritores y directores cinematográficos, dando lugar en el caso de estos últimos a algunos de los filmes mas influyentes del cine contemporáneo, siendo su máximo exponente la excepcional Blade Runner de Ridley Scott que marcó un antes y un después en el cine de ciencia ficción.

Otros filmes como El Hombre Bicentenario nos pone en el chasis de un androide que lucha por su derecho a ser reconocido como humano, Yo, Robot que sin dejar de ser una cinta de acción pura y dura también nos ofrece este planteamieno, y una película que ideada por Stanley Kubrick y que tras su muerte fue producida y dirigida finalmente Steven Spielberg como es A.I nos llena de compasión por ese niño mecánico dotado de una capacidad infinita de amar y que solo busca sentirse querido por su madre.
Las máquinas inteligentes, en este caso sin sentimientos, también han dado lugar a proyectos como la serie Terminador o la trilogía Matrix, ejemplo de otro giro de tuerca en la fantasía futurista cinematográfica.
Pero llegado el momento en que la tecnología consiga dotar a un ordenador o a un autómata de inteligencia artificial, proporcionando la posibilidad de que albergue conciencia en si mismo…¿Tendría el ser humano la exclusividad de eso que define al homo sapiens denominado “racionalidad”? ¿O habría que cambiar los términos para los individuos o “cosas” que, como decía Descartes, piensan, luego existen? ¿Cómo nos denominaríamos?
Si la humanidad no baja de su pedestal ególatra de ser el único animal en la tierra denominado racional…¿Qué derechos de estos seres de metal estaríamos quebrantando?...
Seguramente les pasará como a las rubias… hay habladurías sobre su desaparición…que tendrán que defender que es falso eso de que máquina e inteligente no existe.

2 de septiembre de 2006

Asesinos no olvidados

Mi nombre es Na Balam Chan Chel, pero me conocen como Ah Na Itzá, así fue conocido mi padre y el padre de mi padre, y así será conocido mi hijo y así ha sido desde hace cientos de años. Huyo de los soldados, desde que el General Ríos tomo el poder vivimos tiempos inciertos. Nuestra aldea siempre se ha mantenido al margen de los gobiernos que han tomado el poder de Guatemala, pero se escuchan cosas…cosas horribles…de muerte y abuso, de asesinato sin razón…hace unos días lo oímos de una aldea cercana y ahora estoy corriendo por la selva en un intento de salvar mi vida sin saber por qué.

Intento llegar a mi hogar, a proteger a mi esposa y a mi joven Ah Cuat…no tardarán en llegar.

Estoy cerca, muy cerca, pero algo me tira al suelo y un fuerte dolor me atraviesa desde la espalda al abdomen…me sangra abundantemente…me levanto a duras penas pero sigo corriendo, al menos lo intento.

Veo la aldea, mi esposa y mi hijo están en la entrada, han escuchado revuelo y han salido a ver si me ha pasado algo…desde lejos les suplico que entren en casa, veo sus miradas asustadas al ver que llego con dificultad cubierto de sangre.

Dentro del hogar les exijo que entren rápidamente en el sótano subterráneo que se construyo para almacenar el grano, se accede por una trampilla en el suelo…quieren que entre, pero con una mirada comprenden que yo me tengo que quedar fuera, acaricio el pelo de mi pequeño y le digo que ahora tendrá que ser el hombre de la casa…que tiene que proteger a mama, con lagrimas en los ojos mi mujer me besa, una fugaz despedida…pero no hay tiempo, cierro la trampilla y coloco un sillón encima. Los soldado echan la puerta abajo, casi no me ha dado tiempo de ocultar el escondite…me miran…le dice uno a otro, déjalo, este ya esta muerto.

Todo alrededor se vuelve oscuro, ya solo puedo ver la luz entrando por la puerta de mi hogar y la silueta del soldado marchándose, pierdo la conciencia y solo me queda el consuelo de que mi familia tendrá una oportunidad…por lo menos hoy.


Epílogo.

Tras ser derrocado el general Fernando Romeo Lucas García, el general Horacio Egberto Maldonado Schaad y el coronel Francisco Luís Gordillo Martínez solicitaron a Efraín Ríos Montt que tomara el poder mientras este último explicaba pasajes de la Biblia en un iglesia, fue presidente de Guatemala de 1982 a 1983 derogando la Constitución guatemalteca e implantado un régimen militar.

Suya es la triste frase de que “el buen cristiano era aquél que se desenvolvía con la Biblia y con la metralleta” y su régimen dictatorial fue reconocido y aprobado por Ronald Reagan, presidente de Estados Unidos en esos años.

Amparado por la idea de que si las guerrillas contaban con colaboradores indígenas, había que “matar a los indios” dado que éstos eran presuntos subversivos y durante la cruenta guerra civil que asoló Guatemala durante 36 años se estima que fueron asesinados más de 200.000 civiles la mayoría indígenas mayas por este razonamiento, su breve régimen militar fue uno de los periodos más cruentos de la citada guerra civil.

Jose Efraín Ríos Montt en 1982 y en la actualidad

Actualmente un juez español ha dictaminado el encarcelamiento de Jose Efraín Ríos Montt y se encuentra en Guatemala investigando el Genocidio que devastó este país desde 1978 a 1986.
Si se demuestra su culpabilidad, posiblemente estemos frente a uno de los mayores genocidas de los últimos cincuenta años junto a Slobodan Milošević.
Artículo relacionado El ángel de la muerte.