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12 de agosto de 2008

Lamentos finales

Un señor muy obeso aguardaba su turno en la cola de un restaurante de comida rápida, mientras esperaba con inquietud poder devorar una hamburguesa grande y grasienta repentinamente sufrió un paro cardiaco. Inmediatamente el personal del restaurante llamaron a la ambulancia.

Con un insoportable dolor en el pecho y tumbado boca arriba en el suelo podía observar como muchos curiosos, también obesos, se arremolinaban alrededor sin ayudar, solo por el morbo de ver si aquel hombre moría o no moría.

Dicen que las personas antes de fallecer pueden ver pasar toda su vida por delante de sus ojos. Curiosamente este hombre solo pudo hacer recuento, una a una, de todas las hamburguesas, pizzas y comilonas varias que había realizado. En un segundo hizo un recorrido por todo aquello que lo había llevado a esta situación y de repente se sintió muy infeliz. Reparó en que iba a morir justo antes de comerse aquella grande y grasienta hamburguesa, se lamentó de su mala suerte, perdió el conocimiento y murió.

¿Por qué siempre tenemos la impresión de que nos quedan tantas cosas por hacer?

3 comentarios:

Mond dijo...

Pues porque nos enseñaron a vivir hacia el futuro y pensamos que era "en el futuro". En vez de disfrutar el presente... ¿no?

Saltasetas dijo...

supongo que precisamente es eso lo que nos motiva para seguir viviendo un día más... el tener algo más que hacer, la esperanza de poder hacerlo.
Si ya está todo hecho, si no podemos aportar nada más a nuestra vida o a la de los demás, para qué seguir??
Por qué recorrer un camino si no vas a hacer nada donde llegues o por el camino?

cuatropelos dijo...

Totalmente de acuerdo con ambos.

Saludos.