Freak Show
Un rasgo que identifica inequívocamente a los seres humanos es la extraña fascinación de éste por lo inaudito e insólito. La curiosidad mató al gato, pero tras su muerte allí se reunieron cientos de personas para verlo muerto. El circo romano, ejecuciones públicas, la actualidad cotidiana, bien nutrida de imágenes escabrosas surtidas por los noticieros o por programas de imágenes impactantes para el deleite de indiscretos anónimos. La atracción por los males de los demás para convertirlo en espectáculo, ha sido una de nuestras distracciones desde los orígenes de la humanidad. Resulta incluso perverso comprobar que la respuesta a un descomunal atasco de tráfico se halle en que, tras un grave accidente, la gente se detenga a mirar.
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La muerte y el sexo en público son dos de los pilares básicos que alivian nuestra sed de morbo, pero si hay algo que nos encanta contemplar sin apartar la mirada e incluso convertirla en negocio es la “anormalidad”. El hombre elefante, el forzudo, el hombre lagarto, el hombre de goma, la auténtica sirena. Cualquier rasgo que diferencie a un ser humano de los demás siempre ha sido objeto de curiosidad.
La muerte y el sexo en público son dos de los pilares básicos que alivian nuestra sed de morbo, pero si hay algo que nos encanta contemplar sin apartar la mirada e incluso convertirla en negocio es la “anormalidad”. El hombre elefante, el forzudo, el hombre lagarto, el hombre de goma, la auténtica sirena. Cualquier rasgo que diferencie a un ser humano de los demás siempre ha sido objeto de curiosidad.
Estos personajes, algunos con graves deformidades físicas, fueron en otro tiempo en la mayoría de los casos atracciones de feria. Mujeres aquejadas de hirsutismo, un cuadro de acromegalia o una acondroplasia transformaba a estas personas enfermas en la mujer barbuda, el gigante o el hombre más pequeño del mundo, seres fantásticos de otro universo para ser mostrados al público como atracciones de circo por un módico precio. Una terrible realidad que ya fuera retratada en 1.932 con la película La parada de los Monstruos, en la que se nos muestra la vida entre bambalinas de unos “freaks” reales, y, que fuera censurada en su tiempo en virtud de ese comportamiento humano tan hipócrita, de rechazar, una vez revisada la realidad más cruda, esa misma realidad creada por los censores a los que ahora le escandaliza.
Pero mucho tiempo antes, uno de los artistas universales en la historia plasmó su freak show particular. Tomando como protagonistas a los personajes más rocambolesco que poblaban la corte de los Austrias españoles, para Don Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, bufones, locos y demás seres concebidos para el uso y disfrute de la nobleza de la época merecieron ser inmortalizados creando con ellos algunas de las obras pictóricas con mayor relevancia en las historia del arte. Obras concebidas no para la burla y jactancia, sino para pasar a la historia enalteciendo la excelencia de estos bufones y mostrando con total dignidad a los “monstruos” de circo de aquel siglo XV.
De la mano genial de Velázquez, Francisco Lezcano, Don Juan Calabazas, Diego Acedo o Don Sebastián de Morra, entre otros, pasarán a la posteridad como muestra de esa seducción por lo “distinto”. Servidores que en su infortunio tuvieron la suerte de sobrevivir, animales exóticos en la corte de la ostentación y la decadencia, demostrándonos una vez más, que, aunque depravado, la contemplación morbosa de lo extraordinario reside en lo más profundo de la esencia humana y ha sido, es y será una característica inherentemente a nuestra especie hasta el final de nuestra existencia.
7 comentarios:
es una pena que, estando en los años en que estamos, vayas paseando por la calle y escuches a alguien decir: ¡¡mira, una enana!! o ¡¡mira, una persona en silla de ruedas!!... por poner dos ejemplos. Me dan ganas de acercarme a estos comentaristas y dcirles: Mira! y tú eres jkhiyuyoi y no por eso lo voy diciendo a voz en grito!!
Justo hace una semana ví un musical basado en 1890. La educación de ese entonces, los tabúes, el conocimiento de nuestro cuerpo y lo que era "correcto". En el 2007 seguimos igual, ¿en realidad esto quiere decir que no hemos evolucionado?
Me encantó el lenguaje que utilizas.
La "admiración" por las personas distintas siempre, o casi siempre, ha sido una manera de sentirnos superiores y poder mirar a alguien por encima del hombro con toda tranquilidad, sabiendote mejor que esa persona y olvidandonos por un momento de nuestra grises vidas...
Pena de personitas que somos.....
Creo que es mas o menos lo que dice payoranger, tenemos inquietud por cerciorarnos de que somos "normales", además, el ser humano es curioso por naturaleza en todos los aspectos, algunos en lo positivo y los demás para el morbo, pero bueno.
Tiene un erotismo morboso difícil de vivir en la realidad. En los cuentos ya es otra historia: Quasimodo y Esmeralda, Bella y Bestia, etc.
La suerte de haber podido conocer a esas personas deformes y con alma propia es que hoy día, empeñados en la raza superior y la pureza y mejora de la especie humana, deshechamos clínicamente asta los que tienen un dedo de más en un pie...aunque sea el meñique repetido.
Nuestra deformidad es mental. Creo que es la peor: inteligencia sin sentimientos... horrible.
yo es que seré rara, pero cada persona es un maravilloso mundo q te puede aportar algo, para mi los deformes y anormales son los que abusan y hacen daño a otro y los que se ríen de un ser humano, eso es deformidad según mis limitados ojos, besitos su
De lo mejorcito de este medio que nos une es lo poco que importa el aspecto físico para relacionarnos.
Cuatropelos, guapo!!!!
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