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8 de noviembre de 2006

Historias del grano de arena # 5. ¿Por qué no nacimos en 1.992?

En compañía de un buen amigo de mi generación, ya hemos superado ambos los veintidiez, conversábamos en referencia a una entrada de esta bitácora de hace un días. Él me comentaba que le parecía un poco excesiva la afirmación de que el sexo ya no es ningún misterio para los adolescentes, y opinaba que la visión de éstos con respecto al erotismo debía ser más o menos la que teníamos nosotros a su edad.

Por gracia y efecto de un mecanismo neuronal tan curioso como es la asociación de ideas, recordé algo que me aconteció en una ocasión y le narré este esclarecedor documento:



NOTA: Esta historia es verídica y aunque contiene palabras y expresiones malsonantes impropias del autor, se transmite tal y como ocurrió. Se advierte que contiene un lenguaje soez no apropiado para menores; aunque en vista de las circunstancias quién sabe…


El cuento de los niños que ruborizaron al adulto que creía que lo había visto todo

Cuando viajo en autobús urbano me aplico dos normas. La primera es la de no sentarme nunca, por aquello de dejar los asientos libres para aquel que lo necesite más que yo; y la segunda es situarme al final de éste en la medida de lo posible. En una lluviosa tarde-noche de invierno y siguiendo estas dos premisas básicas, subí al bus me dirigí a esa zona al fondo del bus donde está la puerta de salida y las personas esperan para apearse cuando está próxima su parada.

En la parte trasera de estos vehículos, como norma general, los viajeros van sentados en sentido contrario a la marcha, y, en esta ocasión, un chico y una chica, aparentemente pareja, viajaban perfectamente acomodados en estos asientos. Aunque no soy cotilla por naturaleza, a veces es inevitable escuchar conversaciones ajenas, sobre todo a un metro de distancia y en un autobús casi vacío y relativamente silencioso.

Los adolescentes iban hablando de temas veniales, ella que si su amiga Jenny era una cabrona y él que si le iba a partir la boca a aquel compañero de clase que no lo había dejado copiar en un examen, cuando después de un lapso de tiempo de aparente meditación del muchacho, le pregunta a la chica:

- ¿Cuál crees que es tamaño ideal de la polla?

Yo hasta ese momento no prestaba atención a lo que hablaban, pero la cuestión que éste le había planteado a la chavala despertó mi interés. La muchacha tras permanecer pensativa durante unos segundos respondió.

- Así, dijo indicando con los dedos índices de ambas manos aproximadamente unos veinte centímetros.
- Pero ¿eso cuanto es?, insistió el chaval.
- Pues dieciocho centímetros, si, dieciocho centímetros es el tamaño perfecto, aseveró con rotundidad.
- ¿Y por qué dieciocho centímetros?, le cuestionó el chaval.
- Porque a mí me gustan las pollas grandes, pero si lo es demasiado puede hacer daño y a mi me gusta follar cómodamente.

¡Joder con la niña!, pensé yo.

Después de un momento, el chico, supongo que dándose cuenta que no cubría las expectativas, tras lo que parecía una especie de cálculo mental le dice:

- Vamos a ver, el mes que viene cumplo quince, pero todavía me tiene crecer, al menos hasta los veintiún años, yo creo que llego, afirmó. La novia lo miró con gesto de “…si tú lo dices”.

Durante un rato permanecieron callados, mientras, el muchacho jugueteaba cariñosamente con los labios de ella con el dedo índice, cuando de repente la chica se lo introduce entero en la boca con claras connotaciones sexuales, a lo que el novio le vuelve a preguntar:

- ¿Cuánto te cabe?
- ¿Cómo?
- ¿Qué de que tamaño te cabe en la boca?, le concreto la pregunta.
- Como la tuya me caben dos, contestó.
- ¿Dos?
- Si, ¡dos!, le dijo un poco molesta. Como la del “mulo” solo me cabe una, pero como tu polla me entran en la boca dos.

Este humilde servidor que estaba anonadado por la actitud que mostraban con respecto al sexo estos dos adolescentes, sobre todo ella, suponía que el “mulo” era un amigo común, y dado el cariz de la conversación, el apodo no le venía otorgado por su fortaleza física sino más bien era una cuestión de tamaño.

- Pero ¿eso es importante?, preguntó el chico.
- ¿A que te refieres?¿Si prefiero comerme un pollón enorme o comerme a la vez dos cipotes más pequeños?
- No, mujer, me refería mas bien qué como no tengo una polla como las que a ti te gustan…, dejó la pregunta en el aire.
- No te preocupes, no pasa nada, no todo el mundo puede tener un nabo gigante. La muchacha tranquilizó al novio.
- Acuérdate lo que te acabo de contar de los veintiuno, le volvió a recordar el chaval que aún le tenía que crecer.

En ese momento había llegado a mi parada y debía bajarme, dejando a los tortolitos hablando “románticamente”. Yo que pensaba que ya sabía todo lo que tenía que saber acerca del sexo, seguramente si no hubiese llegado a mi destino, la chavala me habría aleccionado sobre un par de cositas referentes al coito anal. Que cosas.

Mi amigo, tras el relato que les acabo de transmitir durante un momento quedo absorto; tras un minuto de razonamiento profundo me puso la mano en el hombro y me dijo apesadumbrado:

- Tío, ¿nosotros por qué no nacimos en el año 1.992?

15 comentarios:

Mond dijo...

¡Wow! Me has dejado con los ojos desorbitados... yo siempre fui inocente, creo que demasiado... siento que hoy sigo siendo muy inocente... cielos, estoy en shock. Aún así, gracias por la lección.

Ruben dijo...

GENIALLLLL

En serio ... uno de los mejores que he leido ultimamente.

Es que ese sentimiento de tu amigo es el mismo que me embarga a mi ... porque no naci en 1992 !!!!

No es justo.

Anónimo dijo...

Muy buena entrada... si señor.

La juventud ya no es lo que era, pero.... que envidia

cuatropelos dijo...

Y además son las típicas cosas que estás deseando encontrarte a alguien para contárselo en plan ...mira lo que me ha pasado.

Y mond, no te preocupes, en vista de lo visto me parece que somos muchos los inocentes X·D

Ruben que me vas a contar, creo que con esa edad para mí una "pajita" era un tubito que servía para beber refrescos. X·P

cuatropelos dijo...

Pues maps, en parte me da envidia pero no me arrepiendo de como fuí descubriendo el sexo poco a poco y lo especial que era (ahora sigue siendo especial, pero de otro modo más lujurioso claro) ;·P

Muchas gracias por tu visita.

Susana dijo...

ejem soy la unica q se acojona un poco? umm estoy muy contenta de haber nacido en el 74...imaginate esos chicos con 30 años, tienen q estar asqueados de todo...bueno ese es mi prisma jaja q como siempre es rarito...supongo, en fin, besitos su
P.D:jajaja en cuanto al coito anal...a tu edad aún no estas aleccionado? jajaja

cuatropelos dijo...

No sé susana, a lo mejor crecen con una visión de la sexualidad menos reprimida y en la que no hay prácticas mas o menos tabú, simplemente hay elecciones, esto me gusta y esto no...quién sabe.

El coito anal solo se hace en las pelis porno ¿no?...eso no existe en realidad. ;·P

flatt dijo...

comparando esta conversación con las que yo tenia con mis amigas,desde luego hay años luz. Sim embargo teniendo el cuenta que hoy en dia se da la visión del sexo que se da... pues no es de extrañar. Y que nohayan hecho una demostración práctica, que sé que hay quien no tiene ningún tipo de pudor

cuatropelos dijo...

Además somezing, lo más sorprendente era que fuera ella la que llevara la conversación al terreno de lo explícito, el chaval se mostraba más "tímido"...que es lo más raro X·S

Susana dijo...

uy q no existe jajaj ejem ejem vaya sera q con mis 32 años, yo eso de los tabus...como q no uso...

Parches y salud dijo...

Sinceramente opino que hay una edad para cada cosa y que la juventud de hoy dia esta viviendo demasiado deprisa, lo cual puede hacer les sentir un vacio de sensaciones en un futuro nomuy lejano...

¡¡¿Dos pollas en boca?!! Pero que tiene esa chavala, una garganta profunda o un buzon sin fondo...

Saltasetas dijo...

Flipado me he quedado leyendo la historia... creo que ahora sí, querría haber nacido en 1992...

flatt dijo...

he estado pensando detenidamente en la chica y su problema con el tema pollil y he decidido que debe tener la boca de Esther Cañadas... de hecho seguro que a la Cañadas le caben tres o cuatro! No sé, es una teoria...
En cuanto a que el chico esté avergonzado...no me extraña sabiendo que todo el autobús sabe que en vez de una anaconda tiene un colibrí entre las piernas!!
(por cierto, chico del autobús; no importa si tienes una calipo o un palote, lo importante es que la chica no se indigeste y que tú lo muevas con soltura) He dicho.

cuatropelos dijo...

Buena reflexión somezing, si señor...además creo que la mayoría tenemos más bien un palote que un capipo XD

Como la mayoría, saltasetas, como la mayoría nif nif :·D

Freshmaker, o un vacio de sensaciones o vaya usted a saber hasta donde pueden llegar los mocosos estos...lo mismo inventan algo sexual nuevo que a los mas mayorzotes no se nos ocurriría ni por asomo...te imaginas. :·D

Unknown dijo...

hasta escalosfrios me dio al escuchar el relato y recordar que cuando era uno adolecente (tengo 26) hablar de temas sexuales con chicas era casi inpensable esas conversaciones eran con los amigos muy cercanos y eso no tan cabrestas como esta