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30 de octubre de 2006

Titulitis aguda

Un día cualquiera de un año indeterminado fui a cenar a un restaurante que me habían recomendado por la calidad en la comida, así como por su agradable entorno. Vistiendo un pulcro e impoluto smoking, el maître esperaba a los clientes tras un atril de roble barnizado. Con ese aire insigne y educación exquisita propia del típico mayordomo inglés, lo primero que me llamó la atención fue que al atenderme, tras averiguar si tenía reserva o no, a continuación me preguntó que si era licenciado, diplomado o que si por el contrario no poseía estudios superiores.
Cuatropelos, que es inocente por naturaleza, dijo la verdad, - No, no poseo estudios superiores.
- Pues entonces acompáñame, contestó el maître reduciendo el nivel de exquisitez en el trato.
Atravesamos un precioso salón presidido por una enorme y ostentosa chimenea, donde un nutrido grupo de personas se deleitaba con los más exquisitos manjares en grandes mesas engalanadas y sentados en regios sillones acolchados. Además de una encantadora decoración, para acompañar a los comensales, un cuarteto de cuerda tocando piezas clásicas hacía a la estancia aún más acogedora. A mí me condujo a una habitación totalmente diametral a la que acababa de contemplar. Las mesas eran formica a igual que las sillas y en este caso la decoración brillaba por su ausencia. En una esquina sobre una mesa camilla, una televisión de catorce pulgadas sin sonido emitía una película de Steven Seagal.
- Perdone, debe haber un error, me habían hablado muy bien de este restaurante, sobre todo por lo que acabo de ver en el otro salón. Prefería cenar allí.
- Huy, pues va ser que no. Aquel salón está reservada a gente con estudios, a los que no los poseen les corresponde cenar aquí, me contestó con cara de circunstancia mientras un camarero colocaba en la mesa un mantel de papel.
Tentado en marcharme, pensé que al menos la comida merecería la pena.
- ¿Qué vas a tomar de beber, colega?, me preguntó.
- Veo que ya hay confianza ¿Eh?…colega…¿Qué vino me recomienda?
- Lo lamento, tú solo tienes la posibilidad de pedir cerveza o tintorro con casera, bueno, un refresco también, me contestó con chulería.
A punto de levantarme respiré hondo y me convencí a mí mismo que lo mejor era aguantar el tirón. No iba a ponerme a su altura y decidí que a lo mejor resultaría una experiencia divertida.
- Cerveza, le dije con mala gana…¿Y de comer, me da la carta al menos?
- Tampoco te corresponde carta, para ti hay menú, consomé y filetes empanados con patatas fritas.
Conté hasta diez para no cometer ninguna locura y le dije…- venga, vale, pero al menos me podría haber dado la oportunidad de elegir entre fumadores o no fumadores. Es que esto está muy cargado.
- Mira colega, los incultos fuman todos, ¿no ves que no tenéis la capacidad de daros cuenta que es perjudicial?, me dijo tocándose la sien con el dedo índice con el propósito de intensificar la frase. Los titulados fuman haciendo su elección personal, que para eso pueden.
Y se marchó sin dejarme opción a replicarle.
A la media hora me trajeron la comida. Le pregunté al camarero, que parecía buena persona, el por qué de este trato y el hecho de no poder disfrutar de platos que había visto en el otro comedor. A lo que contestó con suficiencia que era porque yo no disponía del paladar para apreciar esos manjares ni la preparación para el disfrute de un buen vino. Me quedé perplejo.
El consomé estaba frío, las patatas fritas eran congeladas y el filete empanado estaba quemado por fuera y crudo por dentro, además de estar duro como la suela de un zapato. Para colmo y sin mediar palabra, de postre me trajo una copa de coñac.
- Pero tío, ¿Qué haces hombre? Tráeme un café que no me gusta el coñac, ya no pude contenerme.
- Pues eso es lo que hay. Encima que tenemos la benevolencia de traerle una copita. ¿Qué querías güisqui encima? Aquí está la cuenta.
- ¡Doscientos euros!, ¿por un consomé y un filete asqueroso?, vamos hombre.
- Es que este es un restaurante muy exclusivo, me dijo en voz baja.
- Ya, pero lo que yo he comido no los vale, ¿Cuánto le cobráis a los titulados? Le pregunte con tono burlón.
- Pues lo mismo. Para comer no somos todos iguales pero para pagar sí, me contestó con toda la desfachatez del mundo. Así que afloja o llamo a la policía.
Le di mi tarjeta y me dijo que no, los incultos en efectivo, me exigió. Así que tuve que dejarle la documentación y el reloj como fianza y fui al cajero más cercano a sacar dinero para pagarle. Le aboné el suculento importe y me marche triste y taciturno.

Y es que existen sujetos que evalúan a los demás en virtud de sus títulos académicos, y no solo en el ámbito laboral, que es donde en realidad deberían tener vigencia, sino dándole mayor crédito personal y moral al licenciado que al pobre lerdo inculto y sin derecho de opinión que se le supone al operario plebeyo. Esta gente da por supuesto que los no titulados no tienen ninguna inquietud cultural y dan por hecho de la ineptitud para el criterio propio y el razonamiento y al igual que en el instituto, estos se otorgan el papel de populares, incitando sutilmente a los titulados que se acercan a los impopulares a desistir de esta actitud, amenazando con el mismo rechazo que ofrecen al inculto, esta no es tu gente, aléjate o serás tratado como ellos. El momento en que se desprecia la opinión o la compañía de alguien por no poseer estudios superiores se peca de una falta de educación imperdonable, sobre todo si es esa educación de la que tanto alardean.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola. Soy lector habitual de este blog que me parece estupendo.

Me imagino que la historia que cuentas es ficticia, pero lo que más me ha llamado la atención es una frase de la conclusión:
"...existen sujetos que evalúan a los demás en virtud de sus títulos académicos, y no solo en el ámbito laboral, que es donde en realidad deberían tener vigencia..."

Los títulos en el ámbito laboral sólo tienen vigencia en la selección de personal (por desgracia)... después hay que demostrar que se está a la altura. Efectivamente nada tiene que ver la titulitis con la educación y la cultura.

Un saludo y a seguir bien.

José Luis desde Málaga

Saltasetas dijo...

Sí, he visto los casos de titulitis en mas de una ocasión...
también existe el caso de gente que, por tener un título, se cree mucho mejor.
Hay tanto ignorante por el mundo (a pesar de tener un título o no)

cuatropelos dijo...

José Luis muchas gracias por tu visita y por comentar. Ciertamente la historia es ficticia...es que me gustan las parabolas (aunque no me salgan, vamos) jiji...

Desgraciadamente en mi mundo laboral se da mucho el caso de que el gran jefe le encarga a un licenciado un trabajo, y este es un mero intermediario entre éste y la "morralla", que es la que hace el trabajo. Ni siquiera tienen la labor de comprobar y corregir posibles errores, solo son eso intermediarios. Al final cuando todo sale bien las medallas y las gratificaciones son para ellos y si sale mal la bronca es para la "plebe"...y ganan el triple claro. En mi humilde opinión eso es un poco injusto. Todos en su nivel,lógico, pero todos a las duras y a las maduras.

Saltasetas, si hay algo que me molesta en sobremanera es que por el hecho de no ser titulado, no me puede gustar la música clásica ¿?. Dan por hecho que lo que me gusta es el Bisbalín y el Reggeton. Tiene narices...y es que solo me queda ser tonto. :·S

Parches y salud dijo...

Siento decirte qu ela historia cantaba a ficiticia por el hecho de que dudo que te traten de esa manera en un local en el que supuestamente hay cierto "glamour" y sobre todo, porque no te imagino con SMOKING xDDD

Buena historia :D

Mond dijo...

Pero los títulos no son garantía de nada... la educación, la clase, la cultura no se dan automáticamente con un título... me has hecho suspirar, pobre gente inculta la de ese restaurante... Saludos a los niños!

cuatropelos dijo...

Además, independientemente de ser buena gente o no, conozco a algún licenciado con carrera de las denominadas estrella (arquitectura, medicina, abogacía), que despues son unos tarug@s integrales, incluso para su trabajo...y ganan un pastón impresionante :·C

Gracias mond se lo daré...:·D

Freshmaker, de smoking ni disfrazado XD

Saludos

Anónimo dijo...

a mi, como aparento menos de la edad que tengo, siempre me tratan mal en los restaurantes a no ser que vaya acompañada de alguien que tenga ese aire a glamour que me falta.

cuatropelos dijo...

Pues muy mal gina, a mi no me gusta el servilismo que tienen que mostrar los camareros de los restaurantes "exclusivos" y mucho menos que me reverencien, porque por el hecho de ser cliente no soy su amo ni ellos mis esclavos, pero hay una cosa que si tengo clara, es su trabajo y yo los trataré con el respeto que merecen y ellos a mí...y aunque el cliente sea un niño de seis años, el respeto y la educación deben ser el mismo. A ninguno de los dos bandos les cuesta trabajo decir por favor y gracias con una sonrisa. No lo permitas, que te traten como mereces.
Saludos.

Susana dijo...

Q tristeza de apariencias...aun no entiendo porque hay gente q se arregla cada dia el pelo, porque no lo hace con el corazón...besos su

Susana dijo...

Te dejo algo q lei...
Una vez terminado el juego el rey y el peón vuelven a la misma caja.

Anónimo dijo...

Creo en las personas que me miran a los ojos
Creo en las personas que le sonrien al pobre y al rico
Creo en las personas que me visitan cuando estoy enfermo, a pesar de que no soy su jefe
Creo en las personas que me siguen queriendo asi no tenga dinero

Susana dijo...

umm estas nominado jaja pasa por mi blog, besos su

cuatropelos dijo...

el peón y el rey...acertadísimo susana :·D

miguel gracias por tu visita y además de creer en esas personas debemos agradecerselo y reconocerselo como se merecen...ser buena persona es muy ingrato (y no digo que yo lo sea que está muy feo, pero hay que intentarlo XP)...

Anónimo dijo...

Hay que ver como véis las cosas. Soy titulado y tengo muchos amigos que no lo son y son la mar de cultos, puedo hablar con ellos de cualquier tema. Eso sí, pienso que a la hora de trabajar, merece más la pena alguien que por lo menos se ha esforzado para conseguir algo (un título), todos coincidireis en que no es fácil. En que lo fácil es irse a trabajar con 16 con toda la cultura del mundo en vez de echarle un par y continuar. La cultura está al alcance de todos, pero hay gente que además se la ha ganado.