Examen de conciencia
Un señor estaba subido a la baranda de un puente con la firme intención de tirarse a un río, cuando de repente aparece un hombre y se sitúa a escasos dos metros del suicida, a lo que este le insta a que se aleje amenazando con lanzarse si no lo hace.
El viandante extrañado le responde que su única intención es la disfrutar del paisaje y que no tiene intención de intervenir. Cinco minutos estuvieron los dos hombres callados, uno buscando el valor que le impuse a arrojarse y el otro con actitud distraída mirando el horizonte, hasta que el segundo rompió el silencio.
- Perdone, ¿se va a tirar?, sabrá que es muy posible que no se mate, el río lleva bastante caudal y además el agua está muy fría en esta época del año.
- Ya sé que lo más seguro es que no muera al caer, pero si tenemos en cuenta que no sé nadar conseguiré hacerlo.
Durante un lapso de tiempo el suicida hacía ademán de lanzarse mientras era observado por el extraño espectador.
- Perdone que le vuelva a molestar otra vez, interrumpió otra vez el mirón, ¿podría decirme por qué quiere usted suicidarse?, sino es mucho preguntar, vamos.
- ¿Por qué no se mete usted en sus asuntos caballero?, le respondió bruscamente el trastornado señor.
- Es que me gustaría comprender como alguien aparentemente en su sano juicio decide no vivir más.
- Amigo, si a usted le hubiera abandonado su esposa por un tipo más joven, que además es un estafador que la persuadirá para que le preste dinero para el negocio del siglo y que la abandonará una vez que mi mujer haya hipotecado nuestra casa. Si tuviera un hijo que está tirado en la calle por culpa de las drogas y no quiere entrar en razones y una hija anoréxica de la que me han dicho que se prostituye para comprar los últimos modelos de teléfono móvil e ir vestida de acuerdo las últimas tendencias. Y para colmo le hubieran echado del trabajo esta mañana; la política actual del banco aconseja personal joven y preparado, dinamismo dicen ellos. Si su vida fuera tan horrible como la mía, seguro que no le parecería tan descabellado.
Tras un momento de reflexión el misterioso señor se subió a la barandilla junto con el suicida y le dijo:
- Bájese que yo me tiro por usted.
- ¿Cómo dice?¿está usted loco?
- Bájese hombre, que yo me suicido en su nombre. Mire, yo no tengo mujer ni hijos, de hecho no tengo ninguna familia ni amigos. Si yo desaparezco nadie me va a echar en falta, en cambio a usted. Cuando el timador abandone a su esposa, ésta volverá a su lado rogándole su perdón, además se nota que la quiere. Y sus hijos, necesitan a un padre que vele por ellos, ya verá como tarde o temprano todo se arregla y volverán a ser una familia feliz. Tome mi cartera y las llaves, quédese con mi casa, yo ya no la necesitaré.
Y se lanzó al vacío ante la mirada atónita del suicida y sin que éste pudiera hacer nada.
Al poco tiempo, tal y como había dicho el misterioso bienhechor, la mujer acudió totalmente arruinada y arrepentida implorando al marido una segunda oportunidad. Entre los dos pudieron hacer ver a sus hijos que la vida que llevaban no tenía futuro y ambos se desintoxicaron de sus respectivas adicciones. Si este hombre se hubiera suicidado nada de esto hubiera ocurrido y se dedicó a hacer el bien a todo el que le rodeaba en memoria de alguien que murió por él. Desde aquel día no necesitó trabajo, porque con la casa y una nueva vida también heredó la labor de aquel desconocido, ser Ángel de la Guarda.
¿Era necesario el sacrificio? ¿Necesitamos un estímulo de similares características para comprender que todo en esta vida tiene solución?
Tienen diez minutos que comienzan…ahora.
El viandante extrañado le responde que su única intención es la disfrutar del paisaje y que no tiene intención de intervenir. Cinco minutos estuvieron los dos hombres callados, uno buscando el valor que le impuse a arrojarse y el otro con actitud distraída mirando el horizonte, hasta que el segundo rompió el silencio.
- Perdone, ¿se va a tirar?, sabrá que es muy posible que no se mate, el río lleva bastante caudal y además el agua está muy fría en esta época del año.
- Ya sé que lo más seguro es que no muera al caer, pero si tenemos en cuenta que no sé nadar conseguiré hacerlo.
Durante un lapso de tiempo el suicida hacía ademán de lanzarse mientras era observado por el extraño espectador.
- Perdone que le vuelva a molestar otra vez, interrumpió otra vez el mirón, ¿podría decirme por qué quiere usted suicidarse?, sino es mucho preguntar, vamos.
- ¿Por qué no se mete usted en sus asuntos caballero?, le respondió bruscamente el trastornado señor.
- Es que me gustaría comprender como alguien aparentemente en su sano juicio decide no vivir más.
- Amigo, si a usted le hubiera abandonado su esposa por un tipo más joven, que además es un estafador que la persuadirá para que le preste dinero para el negocio del siglo y que la abandonará una vez que mi mujer haya hipotecado nuestra casa. Si tuviera un hijo que está tirado en la calle por culpa de las drogas y no quiere entrar en razones y una hija anoréxica de la que me han dicho que se prostituye para comprar los últimos modelos de teléfono móvil e ir vestida de acuerdo las últimas tendencias. Y para colmo le hubieran echado del trabajo esta mañana; la política actual del banco aconseja personal joven y preparado, dinamismo dicen ellos. Si su vida fuera tan horrible como la mía, seguro que no le parecería tan descabellado.
Tras un momento de reflexión el misterioso señor se subió a la barandilla junto con el suicida y le dijo:
- Bájese que yo me tiro por usted.
- ¿Cómo dice?¿está usted loco?
- Bájese hombre, que yo me suicido en su nombre. Mire, yo no tengo mujer ni hijos, de hecho no tengo ninguna familia ni amigos. Si yo desaparezco nadie me va a echar en falta, en cambio a usted. Cuando el timador abandone a su esposa, ésta volverá a su lado rogándole su perdón, además se nota que la quiere. Y sus hijos, necesitan a un padre que vele por ellos, ya verá como tarde o temprano todo se arregla y volverán a ser una familia feliz. Tome mi cartera y las llaves, quédese con mi casa, yo ya no la necesitaré.
Y se lanzó al vacío ante la mirada atónita del suicida y sin que éste pudiera hacer nada.
Al poco tiempo, tal y como había dicho el misterioso bienhechor, la mujer acudió totalmente arruinada y arrepentida implorando al marido una segunda oportunidad. Entre los dos pudieron hacer ver a sus hijos que la vida que llevaban no tenía futuro y ambos se desintoxicaron de sus respectivas adicciones. Si este hombre se hubiera suicidado nada de esto hubiera ocurrido y se dedicó a hacer el bien a todo el que le rodeaba en memoria de alguien que murió por él. Desde aquel día no necesitó trabajo, porque con la casa y una nueva vida también heredó la labor de aquel desconocido, ser Ángel de la Guarda.
¿Era necesario el sacrificio? ¿Necesitamos un estímulo de similares características para comprender que todo en esta vida tiene solución?
Tienen diez minutos que comienzan…ahora.
9 comentarios:
Todo tiene solución excepto la muerte... eso lo aprendí de un buen amigo hace muchos años. Aún en mi depresión nunca pensaría en suicidarme, yo más bien busco a mi gente a quienes, hoy por hoy, extraño mucho.
Creo que en el fondo es un rasgo de la naturaleza humana, ante los problemas buscar a alguien de confianza que nos diga lo que queremos oir o en su defecto argumentos que nos convenzan sobre el modo en el que debemos actuar. Entiendo que necesitamos la opinión de los que confiamos para saber si hacemos bien o mal, el que no lo necesita puede pecar de arrogante y dudar si ha tomado la decisión adecuada.
Saludos.
Hace unos años,mi angel de la guarda se llamaba mar(mi mejor amiga)...aunque no murio por mi, pero si me enseño a ver que merezco la pena, q soy valiosa e importante, sobre todo para mi misma, y para los dos soles que me esperan cada dia en mi casa...que podia ser la noche mas negra, pero que al levantarme saldria un nuevo amanecer radiante, solo tenia q luchar por ello...estoy llorando como una boba delante del pc, ejem...gracias por recordarme (sin querer) quien fui, y la persona que soy hoy...un besito, si no te importa q te moje la cara..claro, su
amm se me olvido..yo no te pedi permiso jajajaa y te enlace en mi blog, sorry por mal educada jaaja
Supongo que todos tenemos a alguien que nos mete las cabras en los corrales...un familiar, un amigo o una pareja...y que gracias al respecto que tenemos a esas personas nos vamos moldeando sin darnos cuenta y a veces por no decepcionarlos.
No te preocupes por no haberme preguntado, a mí personalmente no me importa, al contrario para mí es un honor. Yo pido permiso por si a alguien si le importa, pero vamos estoy pensando en cambiar de política y aunque no me contesten, enlazar...dicen que el calla otorga...y si les molesta, pues lo quito sin problemas :·D
Bueno ... quien me conoce un poco sabe que no necesito de estimulos para sentir la vida pasar y disfrutarla a plenitud ... incluso hasta reirme de ella. Quizas sea demasiado desenfadado pero quiero siempre pensar que las cosas buenas suceden para beneficio nuestro y que las malas tmabien, porque nos enseñan.
Ah, Susana. Me gusto tu blog
lo que acabo de leer me ha puesto la piel de gallina!
yo pasé una época bastante mala hace tiempo pero afortunadamente supe tener paciencia y ahora atravieso los mejores años de mi vida!
Me ha gustado la historia
El puente carlos!!!! Ufa!, Jamás me tiraría al Moldava.
Tanino
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