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12 de agosto de 2008

Lamentos finales

Un señor muy obeso aguardaba su turno en la cola de un restaurante de comida rápida, mientras esperaba con inquietud poder devorar una hamburguesa grande y grasienta repentinamente sufrió un paro cardiaco. Inmediatamente el personal del restaurante llamaron a la ambulancia.

Con un insoportable dolor en el pecho y tumbado boca arriba en el suelo podía observar como muchos curiosos, también obesos, se arremolinaban alrededor sin ayudar, solo por el morbo de ver si aquel hombre moría o no moría.

Dicen que las personas antes de fallecer pueden ver pasar toda su vida por delante de sus ojos. Curiosamente este hombre solo pudo hacer recuento, una a una, de todas las hamburguesas, pizzas y comilonas varias que había realizado. En un segundo hizo un recorrido por todo aquello que lo había llevado a esta situación y de repente se sintió muy infeliz. Reparó en que iba a morir justo antes de comerse aquella grande y grasienta hamburguesa, se lamentó de su mala suerte, perdió el conocimiento y murió.

¿Por qué siempre tenemos la impresión de que nos quedan tantas cosas por hacer?