El Retorno de Tolomeo
Este no es el caso, habida cuenta que Tolomeo es un hombre que lo ha alcanzado todo en la vida: una significativa desfachatez y una notable poca vergüenza; además ha conseguido con un sentimiento de superioridad hacia los demás culminar brillantemente su propia gran trilogía de condiciones humanas despreciables, otorgándole meritoriamente el título de personaje VIP -Very Infamous People- para todos los que tenemos la desgracia de convivir con Tolomeo.
Que el ladrón cree que todos son de su condición es un dicho popular con el que tengo ciertas discrepancias. Entendiendo que estos dichos como expresión de la cultura popular a fin de ilustrarnos con ciertas verdades de la vida, al suscribirlos con una serie apellidos o condiciones, contribuirían negativamente a la dispersión de la idea, algo muy contraproducente para los que nos distraemos con facilidad. Pero para este caso concreto incluirle un “y el que no es ladrón, es porque no sabe o no puede” creo que se acercaría a un concepto ligeramente más acertado.
Y es para Tolomeo el mundo está mal concebido; él no se siente obligado a seguir las normas no escritas por las que nos regimos el resto de la humanidad, porque él solo cumple a rajatabla las leyes “oficiales” de los libros que llevan inscritos escudos también oficiales, pero por supuesto solo las que le interesan, para las que no le afectan aplica la desfachatez y la poca vergüenza porque ¿Dónde esta escrito qué en el supermercado hay que pasar por caja una vez llenado el carro de la compra?
Cuando Tolomeo va al supermercado no coge cesta ni carro. El buen señor selecciona dos artículos, los pone en la caja y a continuación se marcha. Durante todo el proceso “artimaña para no esperar mi turno como los demás”, va colocando en la cinta productos de dos en dos, advirtiendo a los que intentan pagar que aquel era su turno, pero como le faltan algunos que se le han olvidado, es magnánimo y los deja pasar. Eso si, los desafortunados a los que les toque pagar y se encuentren con que Tolomeo ha terminado su compra, no se salvan del escarnio público de ser acusados por Tolomeo de colarse o de haberlo intentando de mala fe, ¿acaso no habéis visto que tenía la compra colocada?, porque así, siempre ha sido el turno de Tolomeo.
Tolomeo sonríe avieso cuando guarda su compra en las bolsas, él es listo, el resto idiotas. La idea de que la ética nos impide a los demás realizar este tipo de acciones es un concepto inconcebible y demasiado abstracto para él.
Hazlo tu también, si no lo haces es porque eres tonto… (Palabra de Tolomeo)
¡¡Te despreciamos señor!!